Le afloraba de manera puntual, sin ningún tipo de periodicidad fija, tampoco relacionada con la estacionalidad del año. A veces se le manifestaba por todo el cuerpo, otras en cambio, solamente por la cara, los brazos o el torso.
Este es el caso de Luisa (la llamaremos así para mantener su anonimato) que vino a mi consulta para poder reducir o encontrar solución al problema de dermatitis que desde pequeña presentaba y que era una constante en su vida.
No tenía ninguna explicación. Ningún especialista le había dicho a qué se debía, salvo que su piel era muy sensible y reaccionaba de tal manera.
Las causas de tal reacción las encontramos en la relación con sus seres queridos y cómo a Luisa le afectaban. Desde siempre ha tenido un alto grado de sensibilidad con todo aquello que les ocurría a sus seres queridos, con los que se siente fuertemente vinculada. Le impactaba sobre manera los comportamientos de sus padres, hermanos, hijos y pareja que en determinadas situaciones tenían hacia ella.
Le afectaba sobre manera los comportamientos de sus padres, hermanos, hijos y pareja
Las causas de tal reacción las encontramos en la relación con sus seres queridos y cómo a Luisa le afectaban. Desde siempre ha tenido un alto grado de sensibilidad con todo aquello que les ocurría a sus seres queridos, con los que se siente fuertemente vinculada. Le impactaba sobre manera los comportamientos de sus padres, hermanos, hijos y pareja que en determinadas situaciones tenían hacia ella.
En su infancia sus hermanos le sacaban de sus casillas, provocando emociones como la ira, el enojo o la frustración, que no sabía cómo gestionar, puesto que le generaba un conflicto interno importante. Según fue creciendo se volvió controladora y empezó a asumir el rol de salvadora con toda su familia para que todos estuvieran bien. “Si ellos están bien, yo estoy bien”, decía Luisa.
Empezó a no tomar partido como antes en los problemas de sus seres queridos, centrándose más en ella
En las sesiones que duró la Terapia, en unos meses, Luisa tomó conciencia de toda su historia de vida, de los comportamientos y el rol que había asumido con sus seres queridos. Empezó a gestionar sus emociones, sanar situaciones pasadas en relación a las mismas, a no preocuparse tanto por lo que les sucedía a sus seres queridos, a no inmiscuirse ni tomar partido en sus problemas, centrándose más en ella, en su bienestar, autocuidado y necesidades.
Realizó para ello el proceso de sanación de su niña interior, con las distintas herramientas y ejercicios facilitados, las sesiones de desbloqueo realizadas, las conversaciones mantenidas y el acompañamiento mío que tuvo en todo momento. Lo más importante, los sarpullidos dejaron de brotar, se redujeron considerablemente tanto en cantidad como en periodicidad, sin necesidad de tomar nada.
Luisa realizó el proceso de sanación de su niña interior, acompañada en todo momento por mí
El caso expuesto en este post no debe ser considerado igual de válido para otra persona, puesto que la historia de cada uno es diferente, así como las causas que lo han provocado.
Para más información, saber el precio de las sesiones o pedir una cita conmigo, puedes hacerlo por teléfono, WhatsApp o Telegram: +34 682 89 35 15
Un abrazo. David Blázquez León, Terapeuta y Director de Móstoles Terapia.